¿Qué harías si no tuvieras más tiempo? ¿Si mañana se acaba todo? ¿Si mañana -por cualquier razón- ya no tendrías esa oportunidad? Es algo que no nos planteamos a menudo porque creemos que somos invencibles, que el mundo no va a explotar mañana y que morir sólo sucede cuando sos viejito. O que esas cosas le pasan a otros. Pero nadie acá tiene la vida comprada (mucho menos asegurada). Y así dejamos para más adelante nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestros proyectos: aprender a tocar un instrumento, hacer un viaje largo o a ese lugar que tanto añoramos, animarnos a cantar en público, ayudar a otras personas. Incluso en cosas pequeñas, de todos los días: decirle a esa persona lo que sentimos, pedir perdón, dar un abrazo simplemente porque queremos hacerlo, decirle a un amigo cuánto le agradecemos por estar ahí.
Siempre creemos que va a haber un mejor momento. Si esperamos que los astros se alineen, el Sol esté rojo y la Luna azul y pase un cometa para que ahí sí, sea el momento correcto… nunca vamos a hacer nada. El momento es ahora, es hoy. Nunca sabés quién vas a ser vos, qué será de los otros y qué va a suceder mañana. Si vivimos esperando por el momento oportuno para animarnos, siempre vamos a haber una excusa para patear eso un poquito más.




Los que siguen el blog ya saben más o menos cómo es esto de los murales: un proyecto para llegar con las frases a más lugares en Sudamérica, y dejarlo plasmado en sus paredes. En julio del año pasado subimos el proyecto a Idea.me y gracias al aporte de muchos de ustedes llegamos a recaudar el 140% de lo que nos habíamos propuesto. Había aportes y recompensas de todo tipo, granitos de arena de muchos tamaños. Y algunos -dos precisamente- aportaron una mole de arena. Por eso hicimos esto: porque se lo debíamos. De recompensa y de agradecimiento.
Cuando con Manu, Guido y Martín (las personas detrás de Proyecto Calco) hablamos de este mural, sabíamos que queríamos hacerlo algo más, que sea una excusa para juntarnos, divertirnos, compartir. Y así fue. Y salió hermoso.







Hubo música (mucha música). Hubo gente. Hubo comida. Hubo energía. Hubo pinceles y pinturas (y ropa manchada por). Hubo mural. No tengo mucho más para decir que gracias. Gracias a los músicos, a los chicos de la casa, a los artistas que nos mandaron sus propuestas, a eMePeCe por su arte, a la gente que se sumó a pintar y a escuchar y a compartir, a los que difundieron.

Gracias a todos los que se prendieron, desde su lugar.
Esto es lo que pasa cuando
gente con ganas de hacer cosas
gente con ganas de ayudar
gente con ganas de compartir(se)
y gente con ganas de pasarla bien
se suman.
Proyecto Calco | Mi vida en una mochila – #PintóPintar #5paises5murales from Proyecto Calco on Vimeo.
*
Popurrí de fotos: mías, sacadas con mi cámara por otras personas, y otras subidas a face por la gente.
1 Comentario
Pingback: 9+1 preguntas creativiajeras: NATI BAINOTTI - Un viaje creativo