16 de diciembre. Córdoba. 9am. 30°C. Yo vestida con jean y zapatillas. Mis amigos que me fueron a despedir (que vale decir qué hermoso es sentirse tan querida y tener casi 10 personas ahi :D) me miraban con cara de… que hacés vestida así? Mmm.. se acuerdan que cruzo de hemisferio? Ok, del otro lado.. es invierno! Así que mi mochila de mano lo único que tiene es abrigo y bufandas! Después de un viaje de 12hs a Madrid (donde todavía no se sentía el frío), y otro de 2:30hs a Vienna… brrrr -3°C!! Rami y Joa (mis amigos del casamiento) me fueron a buscar. Después de los saludos, abrazos y sonrisas empezamos a andar. Lo primero que me llamó la atención (además de la nieve, claro está, que además ya lo había podido apreciar desde el avión porque está absolutamente todo nevado) fue Orange, una empresa de telefonía celular…que estaba en Kenia!! Que nostalgia…
Pero lo mejor venía al día siguiente. ¡Mis amigos se casan! La boda fue una mezcla entre “normal” y “bastante diferente”. Empezaba a las 15hs (ya va raro), en un castillo y, por más que estaba soleado, hacía un muuucho frío, así que botas y bufandas nomás, recién en el salón nos empilchábamos con los tacos y demás… Al día siguiente me enteré que habían hecho -15° esa noche. La boda estaba un poco demorada porque estábamos esperando a la “traductora”… no hay que olvidarse del gran detalle gran… el de la barrera idiomática: la mitad – sino más – de los invitados, no cazábamos una de alemán. Así que ni bien llegó, todos a la capilla. Sí, el casamiento era por civil… en un lugar tipo capilla de Iglesia. Más allá de eso, lo típico: entró la novia y su papá mientras el novio esperaba en el altar (sí, tipo casamiento por iglesia), habló la jueza, una hermana de cada uno, el clásico “acepta por esposo/a a”, firmaron, anillos, beso beso y listo!!
Y ahora si… fiesta!! Al principio mi pregunta era… ¿qué se bailará acá? Creo que la parte de la fiesta fue lo más diferente. Fue mezcla austríaco-mexicano, más alguna improvisación de estos últimos. Había música en vivo, la banda tocaba bastante tranqui, pero era divertido. La gente re piola, casi todas las luces prendidas! Aunque sea servía para que las fotos saliesen bien 😀 Trencitos por todos lados, una forma de bailar media distinta, reboleamos a los novios por el aire, Joa reventó una piñata con los ojos tapados (Ram la guiaba, lo más gracioso de esto es que en Austria no existe… de hecho en alemán no existe la palabra piñata, así que era sólo la “piñata” para todos!), hubo el juego de las sillas (acá es “Viaje a Israel”) adaptados a parejas, entonces era una pareja por silla y cuando una perdía tenía una “prenda” que en realidad era algo para los novios: llevarlos a tomar helado, ir con ellos a hacer patín sobre hielo, pasar un día en la playa, etc, etc.
Cada uno sacará sus conclusiones de qué es “normal” y qué no, fue un estilo de fiesta mucho más tranquilo al que estamos acostumbrados nosotros, pero que la pasamos bien, la pasamos bien!
Como cereza del postre, al día siguiente, después de una (temprana) cena llegó la hora de abrir los regalos de la boda! Así que todos al living, sentados en ronda en los sillones, y los novios al frente abriendo cada regalo y leyendo la dedicatoria o de quién era.
Afuera seguía haciendo MUCHO frío, así que ahora el “horno” era la casa donde parábamos… para seguir contemplando el frío desde adentro.