Info útil

SALÍ A LA RUTA: CÓMO ES UN DÍA VIAJANDO EN BICI

Jime Sánchez y yo preguntamos en nuestras cuentas de Instagram qué dudas tenían acerca de la planificación de un viaje y del día a día en la ruta. Acá están los post: yo les respondo sus dudas frecuentes acerca de cómo es un día viajando en bici y Jime les responde todo sobre planificación.

1) ¿Cómo planificás los tiempos de viaje? ¿Qué aplicaciones o tecnología usás para planificar tu día? ¿Usás gps?

Para el día a día, cuando pedaleo por terrenos con subidas y bajadas, estimo 10 kilómetros por hora. Este número incluye las paradas para comer, descansar y sacar fotos. Entonces, para avanzar 50 kilómetros, necesito más o menos 5 horas. En zonas planas pienso en 20 kilómetros por hora. 

Por otro lado, me gusta planificar mis días de viaje en tramos: los días “en ruta” los imagino de una ciudad a otra, y esos puntos los uso para abastecerme y, a veces, descansar. Por ejemplo: en el viaje por Patagonia norte en abril de 2019, que fue de Bariloche a Curacautín (Chile), los tramos fueron los siguientes: Bariloche – (2 días en ruta) – Villa La Angostura – (7 días en ruta) – San Martín de los Andes – Junín de los Andes –  (2 días en ruta) – Aluminé – (3 días en ruta) – Villa Pehuenia – (2 días en ruta) – Melipeuco – (3 días en ruta) – Curacautín.

Uso la app OsmAnd desde el año pasado (antes viajaba sin mapa y sin apps; de hecho viajé por Ecuador solo con un Nokia 1100, miraba Google Maps antes de salir y preguntaba en el camino), porque me permite descargar el mapa y usarlo offline para ver dónde estoy, cuánto me falta, porcentaje de inclinación y otros detalles de la ruta. Esta app, además, permite guardar marcadores, lo cual es útil para señalar dónde duermo cada noche, sitios interesantes y lugares donde, por ejemplo, piché. A veces uso también iOverlander para buscar dónde acampar.

Pedaleando en otoño por Siete Lagos. Foto: José Rodriguez

2) ¿Cuántos kilómetros sería aconsejable hacer por día? ¿Cuántos kilómetros máximos se pueden pedalear?

La cantidad de kilómetros aconsejable para pedalear es con la que vos te sientas cómodo. No hay ideales, no hay esperables y no hay objetivos que cumplir. Entran en juego muchos factores: el terreno (ripio/asfalto, llano/pendientes), el clima, tu estado físico, el cansancio acumulado, la cantidad de horas de luz y el tiempo que nos detengamos a comer, sacar fotos o conversar con alguien. Podés pedalear 5km porque encontraste un lugar hermoso donde acampar, 15km porque tenías una subida brutal o un terreno terrible que te llevó mucho tiempo, 40km porque estabas en lugares montañosos o de ripio o 90km porque pedaleaste todo el día por rutas planas. Para hacerme un aproximado, suele calcular 10 kilómetros por hora, tiempo que incluye paradas a comer y sacar fotos.

Me parece importante hacer una aclaración: no te sobreexijas. No te sientas mal si necesitás frenar porque el calor te está agobiando, estás cansado o porque, por ejemplo, estás triste y sentís que hoy no querés seguir. Escuchate. Es importante saber frenar a tiempo. En zonas muy calurosas (30°C o más) es necesario, por tu propia seguridad, buscar un lugar con sombra donde descansar durante las horas en que el sol es más fuerte.

Respecto a lo máximo que se puede pedalear no lo sé, pero más de 100 kilómetros me parece demasiado, salvo una excepcionalidad de ruta llana y viento a favor en el que sería fácil hacerlo. La máxima cantidad de kilómetros, de nuevo, es un número que con los días de pedaleo vos vas a ir encontrando. En Ecuador tenía una subida de 100km que sabía que, si lo dividía en días de 8hs de pedaleo, iba a terminar agotadísima. Preferí pedalear poco por día, “demorar” más y cansarme menos. Fueron siete días, en los que pedaleé entre 8 y 20km por jornada: fue un viaje dentro del viaje y una de las rutas más hermosas que hice, en la que compartí con muchas familias y me dejaron muchos aprendizajes.

(Foto: José Rodriguez)
Días de frío, ripio y pocas horas de sol: alrededor de 40-50km diarios.

3) ¿Tenés una mini rutina diaria en viaje?

Sí, aunque no ocurre siempre de la misma forma, porque la adapto según dónde duerma. Trato de meditar cuando despierto, unos 10 minutos. Si tengo WiFi uso la app InsightTimer; si no tengo, uso la función “Cuenta atrás” del reloj del celu. También podría ser sin nada, inhalando y expirando lento durante algunos minutos

Después estiro: isquios, cuádriceps, glúteos, gemelos, muevo la espalda en cuatro apoyos (lo que en yoga se dice gato mirando arriba y gato mirando abajo, en este video podés verlo), estiro hombros… más o menos los estiramientos que todos conocemos. No tengo ninguna secuencia, lo hago de forma intuitiva, según lo que siento que el cuerpo me pide, y con posturas que fui y sigo aprendiendo en clases de yoga. Me tomo unos 5 o 10 minutos para esto. Salir de la carpa y respirar profundo me encanta.

Antes de empezar a pedalear, le aviso a mi familia que salgo a la ruta. Un simple “salgo” o “vuelvo a la ruta” por Whatsapp. Esto, especialmente cuando viajo sola.

Mientras estoy en la ruta, paro a comer más o menos cada hora u hora y media. A veces paro unos minutos, como y sigo, pero siempre una o dos de esas paradas son un poco más prolongadas: busco un lugar que me guste, dejo la bici, me siento, como, contemplo en silencio el paisaje. A veces aprovecho y escribo unos minutos también. En esas paradas, también, estiro espalda, piernas y brazos.

Cuando termino de pedalear, y ya sé dónde voy a dormir, le mando un mensaje a mi familia diciéndole dónde paso la noche, y mando ubicación. Si sé que no voy a tener señal durante algunos días, aviso. 

Fundamental para mí, también, es estirar y, ojalá, hacerme masajes en las piernas, los hombros, los brazos. 

Al final del día también escribo y dibujo acerca de ese día y, si tengo un poco de energía, leo un rato.

descanso lago llanquihue chile
Parada a descansar y tomar agua, dando la vuelta al lago Llanquihue en Chile.

4) ¿Cómo es la alimentación? ¿Cómo planificar el menú durante el viaje? ¿Dónde me aprovisiono?

La alimentación en ruta es alta en carbohidratos, para poder suplir el gasto energético que tenemos. A grandes rasgos, es así: desayuno avena con fruta y frutos secos; durante el día como cada hora y media, y varío entre galletas (que en general hago yo misma), pan con hummus o mantequilla de maní y frutas, y a la noche ceno polenta o fideos (a veces mijo, cous cous, lentejas) con salsa y/o soja texturizada. Rara vez llevo verduras porque ocupan mucho espacio, duran poco y rinden poco.

Para planificar cuánta comida llevar, debemos calcular cuántos días vamos a estar en la ruta sin acceso a comprar comida, cuánto comemos cada uno de esos días (desayuno, snacks y cena), y sumarle 1 o 2 días más de provisiones.

Me aprovisiono en ciudades y pueblos, como normalmente hacemos cuando no viajamos. Como complemento, para tenerlo pero no para confiarse de ello, a veces encontramos tiendas y venta de frutas en la ruta (en Ecuador y Colombia, por ejemplo), abastecimientos de campings (en Siete Lagos en temporada) y árboles frutales en la ruta (en el norte de Chile comí muchos damascos y ciruelas ♡).

*

Entre las preguntas relacionadas a la alimentación estaba: ¿Qué comer para no perder tanto peso? No soy nutricionista así que no considero que yo pueda responder esta pregunta. Si sos de perder peso fácilmente, seguramente lo mejor es que consultes con una nutricionista que pueda asesorarte. Tal vez, incluso, lo mejor sea que hables con una nutricionista especializada en alimentación deportiva.

pan con palta y tomate cordoba
Pan con palta y tomate una tardecita al sol cuando llegamos a Alpa Corral, Córdoba.

5) ¿Dónde cargar agua? ¿Cuánto llevar?

En cualquier lugar donde encuentres, según dónde estés: estaciones de servicio, casas, escuelas rurales, cascaditas/brotes de agua de la montaña, lagos y ríos (preguntar de dónde viene el agua, podés llevar filtro potabilizador si vas a pedalear mucho por zonas aisladas o con aguas no tan seguras) y, llegado el caso de no encontrar nada de esto, autos que pasen por la ruta o trabajadores viales. No tengas vergüenza de pedir si lo necesitás y no te confíes en que “total más adelante encuentro”. Hay que ser precavido.

Cuánto llevar va a depender del acceso al agua que tengas. En sitios donde podés reabastecerte con frecuencia, con llevar 1 ½ litro alcanza. En rutas donde el agua es más escasa, vas a tener que llevar más. Por ejemplo, cuando estuve pedaleando por el norte de Chile, llevaba casi 4 litros (dos botellas de 1 ½ litro + la caramañola) porque, además, necesitaba tirarme agua cada tanto en la cabeza y en la remera porque el sol era muy fuerte. En tramos sin acceso al agua, vas a tener que llevar suficiente para cubrir la necesidad de hidratarte, cocinar e higienizarte (lavarte los dientes como mínimo).

agua siete lagos argentina
En el camino de Siete Lagos sacamos agua de los ríos y lagos del camino. (Foto: José Rodríguez)

6) ¿Cómo asegurar la bici cuando paramos a dormir al lado de la ruta? ¿Se desarma? ¿Saco ruedas? ¿Cadena? ¿Las alforjas se sacan?

Tener que desarmar una bicicleta entera para poder dormir no sería muy práctico en un viaje en bici. Lo más importante es que, aunque durmamos al lado de la ruta, busquemos un lugar donde no seamos visibles. Después, si tenés un candado y querés asegurarla, podés hacerlo. Hay veces en que lo he hecho y veces en que no.

Las alforjas las saco y las tengo conmigo, pero ya sea adentro de la carpa o en el ábside. Si duermo en bomberos o en una casa, también las tengo conmigo.

qué hacer con las alforjas cuando acampo
Muy cerca de Villa Pehuenia una familia nos dejó acampar dentro de un galpón. Las bicicletas y las alforjas descansaron ahí también.

7) ¿Qué hacés si te toca mal clima o tormenta?

Depende qué tipo de mal clima te toque, si es verano o invierno, dónde estés y qué puedas hacer en ese momento. Algunas situaciones que viví y lo que hice:

  • Lluvia en clima frío, camino de tierra relativamente plano (sur de Chile): seguir pedaleando. Al llegar a un pueblo buscamos dónde dormir. Nos recibieron los bomberos y nos dieron leña. Dormimos dentro, prendimos la chimenea y pudimos secar toda la ropa.
  • Llovizna fina, clima cálido, subida en asfalto (norte de Ecuador): seguí pedaleando.
  • Lluvia fuerte, clima cálido, subida en asfalto (sur de Colombia): encontré una parada de buses y me quedé descansando ahí hasta que se calmó.
  • Lluvia todo un día —ya pronosticado clima frío (Siete Lagos, Argentina): nos quedamos acampando en el lugar.
  • Lluvia fuerte, clima cálido, bajada en asfalto (sur de Colombia): la combinación de bajada y lluvia no me gustaba, así que pedí refugio en una casa.
  • Llovizna suave, clima cálido, tormenta eléctrica, caminos planos de tierra: no tenía claro qué hacer y no había dónde refugiarse, por lo que seguimos. Luego investigué qué hacer en esos casos y habría que refugiarse bajo techo. Si no hay, debemos alejarnos de la bicicleta, de vallas metálicas, vallas publicitarias y vías de tren. No refugiarse bajo árboles grandes, altos o solitarios. Si va a caer un rayo en la zona, habría que colocarse de cuclillas.

En resumen: depende. Si te toca mal clima, en ese momento vas a tener que tomar la decisión que creas mejor.

camping lago espejo
Acampando en Lago Espejo, el día de lluvia pronosticado. Llevaba un tarp (lo que se ve en la esquina superior derecha), que nos protegía aún más de la lluvia.

8) ¿Cómo encontrás motivación para seguir si estás cansada o el clima es feo?

Algunas “cosas” que me ayudan mucho: 

1) La idea/mantra “esto también pasará”. Saber que por más incómoda o molesta que sea la situación que estoy pasando, saber que más tarde o más temprano voy a estar bien, voy a descansar, el clima va a cambiar.

2) Aceptar esa incomodidad en lugar de renegar contra eso. En lugar de, por ejemplo, lamentarme y repetirme constantemente cuán cansada estoy que solo le da fuerza a ese dolor, respiro profundo, “mando aire” a donde siento el dolor y lo acepto: estoy cansada. Lo integro. La sucesión de días perfectos y estados físicos intactos no existe.

3) Enfocarme en lo que puedo controlar, en lugar de lo que no puedo. Es decir: observar y elegir qué quiero sentir ante, por ejemplo, una lluvia, en lugar de enojarme porque llueve. En mi viaje por el norte de Chile tuve varios inconvenientes y, si me hubiera dejado llevar por el mal humor que podría generar pinchar, romper frenos, una parrilla suelta, la pata de cambio torcida, la cadena cortada, tal vez no hubiera conectado con todo lo lindo que eso me trajo.

4) Dirigir la atención a otro lado: por ejemplo, a algún recuerdo; por ejemplo, a algún proyecto que me entusiasme; por ejemplo, a un podcast. IMPORTANTE: auriculares solo en caminos poco transitados.

5) Imaginarme el placer futuro y usarlo como motivación: la cena rica, el abrigo cuando acampe, el descanso que me espera. 

6) Pensar que cuando pase voy a tener una anécdota para contar porque, volvamos al punto 1, esto también pasará. Cuando estaba viajando por Turquía, mi amiga con la que viajaba y yo nos metimos a un valle y no sabíamos cómo salir. Caminábamos rodeadas de montañas y no había ningún lugar por donde trepar. Todo era resbaladizo, horrible. Ella estaba muerta de miedo y si bien yo también estaba asustada (el solo hecho de pensar que si teníamos que pasar la noche ahí íbamos a pasar muchísimo frío me ponía intranquila), preferí hacer como si nada para no sumar preocupación y animarla a pensar cuán gracioso iba a ser eso al día siguiente cuando contáramos que por nuestro empeño en querer conocer ese lugar quedamos llenas de barro y sin saber cómo salir. Caminamos bastante, nos ilusionamos varias veces pensando que habíamos encontrado la salida y nos decepcionamos hasta que por fin encontramos cómo salir. Estábamos en medio de la ruta, llenas de barro, haciendo dedo. Pero salimos. Y horas después, estábamos contando la anécdota, muertas de risa.

Obviamente esto no son pasos, sino ideas que se suceden a la vez o caras de la misma moneda: el “esto también pasará” es otra forma de ver el hecho de que luego tendré una anécdota para contar, y enfocarme, entonces, en cómo yo puedo manejar la situación y elegir qué siento. 

He pedaleado con dolor de estómago, con mucho mucho frío, bajo lluvia, por cuestas casi dolorosas. Y pasa. Todo pasa, todo termina, porque todo cambia.

conguillio en bici chile
Empujá un poquito más… (Foto: José Rodríguez)

9) ¿Dónde dormís? ¿Dónde se acampa cuando cae la tardecita?  Cuando no encontrás, ¿cómo te manejás?

Creo que lo mejor es tener “en vista” todas las alternativas. Yo las agrupo así:

  • acampe (libre o en campings)
  • casas al costado de la ruta (pido permiso para armar la carpa)
  • CouchSurfing y Warmshowers (pedido y confirmado de antemano, sobre todo lo tengo en cuenta para ciudades grandes o cuando necesito descansar unos días)
  • bomberos, policía, iglesias, escuela, gendarmería (según país y zona, lo uso especialmente en pueblos y en ciudades si no conseguí por CouchSurfing o WarmShowers)

Cuando nada de todo esto funciona le pregunto a alguien en la calle que me inspire confianza  en El Melón, Chile, quedaba lo último de sol y la iglesia estaba cerrada y los bomberos no me recibieron. Le pregunté a un señor en la calle y él me llevó donde la señora que alquilaba, previo llamarla para preguntarle. Puse la carpa en el patio, me bañé y me invitó a tomar la once con ella. Todo el resto del viaje me siguió llamando =) 

Cuando esto tampoco funciona y ya no tenemos tiempo para seguir pedaleando (o no queremos o lo que sea), podemos buscar un lugar de pago (hostel, hotel, habitaciones, etc). Esto, sobre todo, sucede en los lugares muy turísticos. En Villa Pehuenia me habían pasado el nombre de un chico por el que preguntar y, cuando llegamos, no estaba en el pueblo. Preguntamos en varios lados, hacía mucho frío y decidimos pagar un departamentito durante dos días para descansar.

Dicho todo esto, yo, personalmente, cuando viajo sola muy raramente acampo sola. Busco casas de familia o bomberos, en una mezcla entre que me siento más segura y me gusta conocer gente. 

camping casa de familia chile
En Melipeuco, por ejemplo, entré a una tienda a comprar comida y le pregunté a la señora si sabía de algún lugar donde podía poner la carpa. Se volteó a mirar a una clienta, la señora me miró y me dijo “Podés quedarte en mi casa, suelo recibir viajeros”. Ahí amanecimos al día siguiente, con vista al volcán Llaima.

10) ¿Te sentís segura viajando sola?

Pregunta compleja. Yo me siento segura, pero hay ciertas situaciones en las que me siento insegura: cuando la gente se empecina en hacerme sentir miedo (entiendo que no lo hacen adrede, pero es lo que se logra cuando enumeran robos y violencia cual noticiero), ante ciertas miradas lascivas, de arriba a abajo– o comentarios de los hombres -“¿No tenés miedo de que te violen?”, “Pasa a mi cuarto a bañarte” o cualquier comentario sobre mi físico, o las veces que acampé sola en un lugar donde me sentía expuesta. 

De todo esto trato de ir aprendiendo: cuando alguien me empieza a decir “Si yo fuera tu padre no te dejaría ir de viaje”, como sé a dónde apunta, le respondo con calma que mi papá no me tiene que dar permiso hace ya muchos años porque no soy una nena. Si me siento incómoda ante una mirada o comentario, según cómo sea la situación general y qué pueda hacer, lo esquivo, lo corto, cambio de tema, le digo que me siento incómoda, me voy. He tenido muchas situaciones incómodas en las que no puse el freno a tiempo porque “seguro es mi cabeza ” y luego me di cuenta de que no era mi cabeza : era lo que estaba sucediendo. Aprendí a que prefiero quedar como una perseguida y una loca, y a quedarme con la duda, a que seguir dando el beneficio de  la duda para luego comprobar que tenía razón. La intuición no falla y, si falla, no me va a llevar a mal puerto.

Soy muy miedosa, sobre todo para el momento de dormir, por lo que cada noche procuro buscar un lugar donde me sienta segura y por eso, como comenté en la otra pregunta, buscar dormir en un lugar con gente cuando es posible. Mis viajes no son por el medio de la nada, por lo que encontrar casas al costado de la ruta es fácil.

Trato de entender qué es lo que me produce inseguridad para así crear mi “burbuja” de seguridad, para mantener sobre todo la calma mental. No es algo que tenga resuelto, claro, pero lo voy trabajando y aprendiendo de ello.

viajar sola en bicicleta chile


¿TE GUSTARÍA PROFUNDIZAR EN ESTOS TEMAS?
¿TENÉS MÁS DUDAS Y PREGUNTAS SOBRE CÓMO PLANIFICAR TU VIAJE EN BICICLETA?

SI ES ASÍ, YA ESTÁN ABIERTAS LAS INSCRIPCIONES DE “SALÍ A LA RUTA”, NUESTRO CURSO ONLINE DE CICLOTURISMO QUE INCLUYE:

Acceso a un grupo de Telegram para que nos compartas tus dudas y preguntas
16 videos donde explicamos el paso a paso para organizar un viaje + documentos soporte
Ejercicios de escritura para que identifiques tus miedos y conectes con tu poder personal
Un checklist para que no te olvides de nada antes de viajar
Links útiles (guías de viaje, videos y tutoriales que te ayudarán en la previa al viaje)
Recetario con ideas fáciles para desayunos, snacks y cenas
Alternativas naturales de productos de higiene que usamos en nuestros viajes


HACÉ CLICK ACÁ PARA LEER EL PROGRAMA COMPLETO E INSCRIBIRTE

Me gusta ver este blog como un espacio en el que compartir mis viajes para animarte a que vos también te lo hagas. Vas a encontrar historias, fotos, info útil y consejos para te animes y des el primer paso.

Escribe un comentario